Un año más, aunque un mes más tarde, hemos vuelto a disfrutar de La Vuelta a Los Jardines, carrera pionera en el proyecto Corremontes. Este año resultó un día soleado y agradable, pese a que las nieves de la semana anterior amenazaban con convertir la carrea en una marcha, ante la imposibilidad de correr en la parte superior por el espesor de nieve.
Fig. 1. Salida bajo en nuevo y flamante arco de meta del G.M. La Acebeda
Este día perfecto para correr puede haber estimulado que la mayoría de los participantes infatiles se animaran a realizar el recorrido largo de 5 Km y 100m D+.
Fig. 2. Distribución de participantes por edades (rojo) y de los que realizaron el recorrido largo (verde)
Cabe destacar la corta edad de muchos de ellos, quienes no mostraron especiales signos de fatiga, al combinar la carrera con tramos de marcha en las subidas. Sin duda, la labor de los guías ha vuelto a resultar crucial para que los participantes fueran dosificando sus fuerzas, regulando el ritmo y entendiendo el interés del reto de terminar un recorrido más largo, en vez de buscar la clasificación convencional de otras carreras.
Los niños y niñas, cuando se les preguntaba, siempre querían seguir adelante. Cuando el guía veía que podría ser mejor regresar debido a los signos de fatiga, antes de que fuera tarde y para que la experiencia fuera positiva, con sutileza y refuerzo positivo, se les animaba destacando lo lejos que habían llegado. Un aprendizaje, tanto para los que hicieron 5 Km como para los que hicieron 2 km, ha sido conocer sus propios límites, procurar superarse y sentirse satisfecho por lo logrado.
Una vez finalizada la carrera, cuando les preguntábamos por qué era lo más duro de la carrera, la mayoría destacaban las cuestas del los Jardines o una corta y empinada que había al casi al final.
Cuando les preguntábamos por lo que más les había gustado, los que habían completado el recorrido se referían mayoritariamente al último tramo por el bosque. Unos por lo bonito del recorrido, un divertido sendero, estrecho, entre árboles; otros porque eso significaba que habían logrado salir de Los Jardines y hacer el recorrido largo.
Fig. 3. Dos medallas elaboradas por participantes de la carrera
Tras un merecido avituallamiento (caldito calentito, fruta y algún dulce) y un rato de descanso, todos se fabricaron allí mismo, como ya es constumbre, su propia medalla. Este año a partir de una hoja de acebo troquelada en madera por Gonzalo Sánchez (Purple, Servicios Creativos:
http://www.purplecreativos.com), símbolo del Grupo de Montaña La Acebeda. Con pinturas, rotuladores y ceras cada cual personalizó y representó su "victoria" personal.
