Volvemos a la “normalidad” y con ello los organizadores de eventos deportivos se animan a incluir dentro de sus carreras nuestro Proyecto Corremontes. En este caso, la vuelta del Trail Tren Burra de Zaratán, después de dos años en “barbecho”, sigue apostando por esta modalidad, en su cita habitual del 1 de mayo. Allí estuvieron un grupo de 26 niños y niñas, saliendo de la Plaza Mayor en busca de senderos, junto con seis acompañantes adultos.
Foto1. El ambiente no competitivo reina en las carreras corremontes
Víctor Sacristán, su organizador, nos apunta que “desde que en el año 2017 reconvertimos la carrera a lo que es ahora, decidimos apostar por el corremontes infantil, siendo pioneros en promoverlo en la provincia de Valladolid. Nos encanta la idea de poder conexionar monte y deporte con los más pequeños, con el objetivo primordial del disfrute, obviando el lado competitivo”. La idea principal que emana del proyecto se cumplió en esta cita, logrando que todos los que estuviesen en la salida se sintieran parte del mismo equipo y llegasen a meta juntos y con esa misma sensación.
Es de agradecer el compromiso de organizadores al incluir el proyecto en sus pruebas, quien lo hace sabe que implica un plus, pero también que la recompensa es un ambiente de alegría y aprendizaje compartido, cerca de la naturaleza y lejos de la competición, ofreciéndose como alternativa a otros enfoques demasiado precoces para niños y niñas en edad infantil.
Foto 2. Las carreras corremontes siempre huyen de lo urbano
Pablo, uno de los padres que de forma improvisada decidió acompañar a los niños, después de haber disputado ya la carrera de los mayores, nos dice: “los adultos animábamos, abríamos carrera y apoyábamos sobre todo a los que más lo necesitaban. Lo que molaba era ver la diversidad de motivaciones y capacidades, estaban los que querían ir rápido y primeros, los que les gustaba subir, los que les gustaba bajar, los que les costaba subir, los que les costaba mucho bajar, que es donde más hubo que echar una mano cuando bajamos del páramo hacia abajo”.
Las personas participantes, desde el momento de la salida se sienten como un grupo unido que sale a disfrutar. Juntos, niños y niñas, guías acompañantes (algunos padres y madres de los pequeños), suman y comparten toda la carrera. Los gritos de ánimo se dan para todos, no solo para los suyos y esto se puede hacer desde dentro. Los mayores se suman a correr y disfrutar del ejercicio, entendiendo mejor que implica correr en grupo (y en la naturaleza) para los mas jóvenes
Micaela, una de las niñas participantes, nos dijo sonriendo “me lo pasé muy bien corriendo, solo que en la segunda vuelta yo ya no podía más con el calor. La próxima vez que haya piscina, por favor”. Tirando del hilo tratamos que nos diese más detalles: “subimos, subimos y subimos por una cuesta muy grande. Llegamos a un lugar en el que nos dijeron que recogiésemos patatas y al final nos dijeron que era una broma. Luego bajamos, no sé cómo, pero rapidísimo y por un lugar muy resbaladizo y después llegamos abajo”.
Foto 3. Las carreras corremontes nunca eluden tramos técnicos donde poner a prueba a participantes y guías
Es mágico como en un ambiente cálido, de respeto y autonomía, cada niño o niña puede encontrar su lugar y disfrutar, no solo sufrir, aprovechando las pequeñas cosas que nos encontramos corriendo por la naturaleza, aprendiendo y disfrutando de un esfuerzo recompensado, no solo con un puesto en una clasificación, sino con experiencias de amplia mirada.
En palabras de Luis, uno de los guías, maestro de profesión (y de vocación) además de apasionado del deporte en la naturaleza, nos cuenta la experiencia con varios niños que “en la última subida ya no quería subir, cansados y colorados por el calor, que al final ya dije, que esto iba de disfrutar, así algunos se quedaron a la sombra, mientras los compañeros decidían probar la <subida imposible> una vez más. Una niña me enseñó una mini piña que ser llevó de recuerdo y, a otro niño, le enseñé el hueso de una mandíbula de conejo y se lo llevó también, no se que gracia le haría a su familia”. Observando el transcurso de la actividad, se puede ver claramente la sensibilidad de las personas que acompañan a niños y niñas por el recorrido, primando las experiencias positivas, la creativa en la motivación, ofrecer diferentes opciones, junto con la posibilidad de llevar un ritmo propio y saborear el contacto con lo que el entorno nos ofrece.
Volvemos a las palabras de Pablo cuando nos dice “la chavalería iba con bastante cuidado, pero sobre todo disfrutando de lo que es trotar por el monte, aprendieron que había que esperar, ir con el que iba más lento, porque era una actividad participativa y no competitiva. Lo de la dosificación me hacía mucha gracia porque empezaban subiendo las cuestas corriendo como como motos y a mitad de cuesta no podían con el alma”.
Isa, madre de Marcos y Raúl, se muestra feliz de compartir el primer corremontes con sus peques y nos dice: “disfrutamos las montañas, los caminos y senderos habitualmente, pero no hay nada más divertido que bajar una cuesta corriendo a tope y algo real, que vi aquí también es que con amigos mola más, con compañerismo mola más, respetando cada ritmo mola más. Así que solo puedo decir que genial. Y luego el picantillo de que es una carrera, con salida y meta para ellos solos, donde entraron dándolo todo. Así que sumando el antes y el después con un ambientazo genial, musicaza, el resultado solo podía ser uno: DIA ENORME. ¿Para cuándo la próxima?”
Creemos que todo esto además de una participación puntual, puede generar adherencia de cara a que los críos quieran salir a la naturaleza y lo compartan con sus familias, todos de forma activa. Pablo nos vuelve a apuntar “creo que disfrutaron un montón, de hecho, el ejemplo más claro es que mi hijo Alex, me ha dicho que cuando haya corremontes en las carreras, que por favor me apunté las carreras para ir él también”.
Esperamos que más organizaciones decidan incorporar este modelo de encuentro y promoción deportiva en la naturaleza para categorías infantiles mixtas, basado en el respeto del ritmo de cada niño o niña, en el disfrute de correr por la naturaleza sin necesariamente competir, buscando un ritmo adecuado, adaptado a lo que nos ofrece la naturaleza, como una estrategia de fortalecer la motivación intrínseca, simplemente participando en busca de experiencias positivas para todas las personas
Hasta la próxima. Nos vemos en los senderos
Texto y foto 2ª: Quico Arribas Cubero (Club de Montaña Ojanco)
Fotos 1ª y 3ª: Luis e Isa
Facebook del Trail Tren Burra Zaratán: https://es-es.facebook.com/Trail.Tren.Burra.Zaratan/